ORACIÓN ESCUCHADA
Sentado al pie de una encina
cierto poetastro hambriento,
clamaba por alimento
a la
Majestad divina.
Inspiración repentina
le hizo pedir con anhelo,
que bajase desde el Cielo
algún manjar conveniente,
y entonces, súbitamente,
cayó una bellota al suelo.[1]
***
Cayó enferma Pepa Raja,
llamó su madre a un Galeno
y éste con aire sereno
así la dijo en voz baja:
–Con lo que ayer se comió,
que a digerir no ha llegado,
tiene el vientre embarazado…
La madre se desmayó.[2]
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De Gloria, su fiel sirvienta,
doña Paz está celosa,
y no duerme ni reposa
hasta ajustarle la cuenta.
Porque siempre su marido,
con satisfacción notoria,
gruñe al quedarse dormido:
¡Aquí, Paz… y después Gloria![3]
***
Una amazona en el prado
Cayó en muy mala actitud,
Y habiéndose levantado
Con presteza, dijo al criado:
«¿Has visto mi PRONTITUD?
Y él, que clavados tenía
Aún sus ojos allí,
Dijo: «Verdad que la vi,
Mas juro a Dios no sabía
De que se llamase así.»[4]
Jesús Muruais
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sábado, 12 de mayo de 2012
Epigramas humorísticos
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